Literatura devocional para la Casa de Ejercicios Espirtuales del Oratorio: La soledad christiana de José María Genovesi y Tomay (1791). Dennis Marcovick Pérez

Literatura devocional para la Casa de Ejercicios Espirtuales del Oratorio: La soledad christiana de José María Genovesi y Tomay (1791).

Dennis Marcovick Pérez


La historia del Oratorio de San Felipe Neri de Puebla data desde mediados del siglo XVII. A lo largo de más de trescientos años de Historia tenemos mil cosas que contar. En esta ocasión nos acercaremos a un ejemplar de la Biblioteca José Luis Nahún Melchor C. O. El jesuita José María Ignacio Genovese y Tomay, autor de textos devocionales, es autor de numerosas obras relacionadas con la experiencia de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, fundamentales en el carisma jesuita y que, la Congregación del Oratorio adoptó entre sus actividades. 

Entre los numerosos espacios en el Oratorio, nos encontramos con la Casa de Ejercicios Espirituales, construida desde 1793 la Casa contó con 36 celdas, una capilla, ambulatorio y espacios destinados a necesidades humanas. El patio, de hermosa manufactura es uno de los lugares más populares de la ciudad de Puebla y testigo de numerosos eventos históricos, en esta ocasión, nos enfocaremos en su vocación religiosa.





Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, consisten en una serie de meditaciones y oraciones interiores que, desde un punto de vista pedagógico buscan guiar al ejercitante en la fe católica por un tiempo variable. En este caso, el libro de Genovese ofrece meditaciones para ocho días, que en este caso, serían de retiro en el interior del edificio. Para Genovese, tener el acompañamiento correcto en los Ejercicios dejará a la persona «tan sensiblemente [mejorada] en las costumbres» (p. 2). La guía que ofrece el autor será fundamental para llegar a buen puerto, siempre con el ejemplo de personalidades insignes para este fin. En este caso, San Ignacio de Loyola; para la edición que presentamos en esta ocasión (salida del taller de Pedro de la Rosa en la ciudad de Puebla en 1791) contamos con un grabado que engalana las palabras de Genovese: San Ignacio de Loyola.

El grabado, obra del artista poblano José de Nava, nos ilustra a San Ignacio de Loyola venciendo a un
dragón que simboliza el pecado, encajando perfecto con la aspiración de Genovese plasmada
en una obra a la que el lector puede regresar cada vez que lo sienta necesario.
Los impresos de este estilo son abundantes en la biblioteca de la Congregación del Oratorio,
algunos de ellos mantienen la marca de fuego del Oratorio de San Felipe Neri caracterizada
por estar compuesta por un corazón y un sombrero de tres puntas (similar al que viste San Ignacio de Loyola en el grabado),
tema del que hablaremos a profundidad en otro momento.




Bibliografía:

Genovese y Tomay, José María Ignacio. La soledad christiana, en que a la luz del cielo se consideran las eternas verdades, según la idea de los Exercicios Espirituales de mi Santo Padre San Ignacio, para los que desean por ocho días retirarse á ellos, Reimpresa en la Imprenta de Don Pedro de la Rosa, Puebla, 1791.




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